La opinión del equipo de ventas de WeWork sobre las necesidades de las empresas en materia de oficinas de cara a 2022

La flexibilidad, la comunidad y los beneficios disponibles en el lugar de trabajo son una potente combinación tanto para empresas como para trabajadores autónomos

WeWork Milestone at 5th Avenue en Manila, Filipinas. Fotografía de WeWork

A lo largo de los últimos dos años, las empresas han hecho frente a desafíos excepcionales relativos a la forma y al lugar en el que hacen negocios. Las grandes empresas (como Google, Netflix y Unilever, entre otras) están examinando diferentes formas de operar. También los autónomos primerizos, las start-ups de nueva creación y los contratistas independientes. Ahora que muchas empresas regresan a la oficina, la situación ha generado oportunidades únicas.

Tanto en el caso de las grandes empresas como de los autónomos, las necesidades básicas son similares: quieren una combinación de flexibilidad, tiempo cara a cara con otras personas y la posibilidad de cambiar con rapidez. El equipo de ventas global de WeWork, que trabaja con empresas de todos los tamaños para cubrir sus necesidades en materia de espacio de trabajo, comparte sus impresiones sobre lo que buscan las empresas. 

Por qué la flexibilidad sigue siendo la prioridad

«El aspecto más importante que surgió el año pasado y que se ha trasladado a 2022 es la incertidumbre», explica Jessica Gilroy, la directora de alquileres de WeWork para Australia. «Por este motivo, las empresas buscan contar con flexibilidad para permitir la experimentación, así como la capacidad de cambio en el caso de que se produzca una modificación en las estrategias».

Esta necesidad de flexibilidad, explica Gilroy, ha llevado a las empresas que cuentan con un amplio volumen de bienes inmobiliarios a considerar WeWork como opción por primera vez. Los productos Access de WeWork (incluidos WeWork All Access y WeWork On Demand) han sido especialmente útiles en un momento en el que las empresas están reconsiderando su retorno a la oficina. 

Pauline Perdriel, segunda desde la izquierda, celebra una victoria con su equipo en WeWork Via Giuseppe Mazzini, 9 en Milán, en septiembre de 2018. Fotografías cortesía de las personas representadas.

«Las empresas están ocupando menos espacio, pero, al mismo tiempo, se están asegurando de que cada empleado puedan disponer de este, en cualquier ubicación y cuando lo necesiten», explica. WeWork All Access y WeWork On Demand permiten a los empleados elegir cuándo van a una oficina y a cuál prefieren acudir. Gilroy explica que, al usar estos productos, «los empleados que necesitan acceder a espacio con menos frecuencia cuentan con la tranquilidad de saber que disponen de este, independientemente de que necesiten un escritorio para un día, una sala de reuniones para una presentación con un cliente o un aula para la formación de un equipo».

Las empresas quieren contar con el máximo nivel de flexibilidad para disponer de cierto nivel de experimentación, así como la capacidad de cambio en el caso de que se produzca una modificación en las estrategias.

Jessica Gilroy, directora de alquileres en WeWork Australia

Otro motivo por el que las empresas quieren contar con flexibilidad es porque las medidas locales de tipo sanitario y de seguridad están cambiando con rapidez. Jenelle Perinotti, directora de cuentas corporativas en Nueva York, explica que muchas empresas buscan asesoramiento para cubrir las necesidades de los empleados, no solo ahora, sino en un escenario de cambio de los protocolos sanitarios, las preferencias y las prioridades.

«Las empresas están dispuestas a adaptarse a un modelo en el que pueden pasar de una estructura de colaboración intensa a la inclusión o retirada de escritorios», explica.

Qué busca el número creciente de autónomos

La necesidad de un espacio de trabajo ágil cuya escala pueda modificarse con rapidez no es algo que interese solo a las grandes empresas. La pandemia también ha visto surgir a un gran número de autónomos, contratistas independientes y startups en todo el mundo. Aunque son más pequeños que algunos de los socios corporativos de WeWork, sus necesidades son muy parecidas, sobre todo a medida que crecen. 

Pauline Perdriel, directora de ventas en Milán (Italia), destaca una startup que inició su actividad durante la pandemia con tres escritorios y que creció con rapidez hasta las 10. Ahora, la empresa ocupa 40 escritorios en una ubicación de WeWork. 

«Quién sabe dónde estarán estas empresas en tres meses o en tres años», explica Perdriel. «Aquí es donde destaca WeWork, al ofrecer este tipo de espacio flexible a cualquier empresa».

Jenelle Perinotti en la oficina central de WeWork, WeWork 575 Lexington Avenue, en Nueva York.

Los autónomos y los trabajadores independientes buscan un entorno en el que dispongan de espacio para colaborar, así como ser reconocidos en la zona de recepción. La comunidad, la conexión y los beneficios asociados a la oficina están volviendo, comenta Henry Lewis, director de cuentas globales de WeWork con sede en Londres. Los equipos de comunidad de WeWork son esenciales para conseguirlo: son «la vida y el alma» de cada propiedad, explica. Añade que las mismas características son esenciales para las empresas que quieren atraer talento o conservar el existente. 

«Disponer de un espacio de trabajo atractivo, disponer de flexibilidad, contar con servicios y música seleccionada… todo esto desempeña un papel muy importante en lo relativo al lugar al que la gente quiere ir a trabajar». 

Esa sensación de comunidad y pertenencia es un valor intangible y difícil de definir, pero está integrado en el ADN de WeWork. Forma parte de lo que hace que los contratistas independientes sigan volviendo durante años, comenta Lewis, y también es un componente importante de lo que los empleados buscan tras casi dos años de pandemia. 

La necesidad de conexión humana

La combinación de flexibilidad y comunidad ha sido clave para un reciente éxito de ventas conseguido por Jessica Gilroy en Sídney. El año pasado, uno de los minoristas de Australia con el mayor ritmo de crecimiento trasladó su sede a un edificio de WeWork no solo por la flexibilidad, sino porque esta medida podría ayudarles a conseguir sus objetivos en materia de adquisición de talento.

«En un contexto en el que el talento es muy disputado en el mercado de Sídney, sabían que para contratar a los mejores candidatos, tenían que ofrecerles un espacio de trabajo en el que se sintieran inspirados y motivados para trabajar», explica. «La empresa se trasladó a uno de los edificios más nuevos del distrito de negocios central de Sídney, ocupando dos plantas completas y asegurándose opciones de crecimiento en el caso de que el volumen de la plantilla supere sus predicciones». Las conversaciones sobre la ampliación se iniciarán el próximo mes.

Chelsea Helms en WeWork Manhattan Beach Towers , en Manhattan Beach, California.

La experiencia de Gilroy en Sídney es muy similar a la de Chelsea Helms, directora de cuentas globales corporativas en Santa Mónica, California. 

«La gente está lista para quitarse el chándal y volver a la oficina para interactuar con otras personas», explica Helms. «Al mismo tiempo, la gente ha evolucionado y ahora valora la flexibilidad de trabajar desde casa hasta cierto grado. En este sentido, creo que aquellas empresas que encuentren el equilibrio adecuado se convertirán en las empresas más atractivas para las que trabajar». 

«Desde la perspectiva de las ventas, es muy interesante estar en este espacio en un momento en el que se están produciendo todos estos cambios. En 2022, estoy deseando poder asociarme con mis clientes y ayudarles a satisfacer sus necesidades en todo el mundo», comenta.

Anna Dimond es escritora, editora y creadora de contenidos con sede en Los Ángeles y en Cape Cod, MA (EE. UU.). Escribe sobre actividades al aire libre, cultura, negocios y política para The Washington Post, ESPN y Red Bull, entre otros.

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