El aire limpio es una de las bases de un espacio de trabajo saludable. Es fundamental para mejorar la productividad, la comodidad y el bienestar de los ocupantes, y puede ayudar a reducir las enfermedades y el ausentismo. La administración de la calidad del aire interior (IAQ, por su sigla en inglés) se centra en dos elementos principales: proveer abundante aire fresco y controlar los contaminantes comunes del aire, como las partículas, las toxinas y los alérgenos.
Hay una variedad de códigos de edificios y normas gubernamentales de salud y seguridad que promueven el aire saludable en los espacios de trabajo comerciales. Hoy en día, la pandemia de la COVID-19 ha intensificado el escrutinio público y la cobertura de los medios de comunicación respecto de la calidad del aire en interiores, lo que plantea una pregunta importante para los operadores e inquilinos de bienes raíces comerciales: ¿son suficientes las normas y prácticas existentes?
El enfoque actual de WeWork es responder esa pregunta usando datos. Utilizamos datos sobre la calidad del aire interior para ver el impacto de nuestro diseño y decisiones operativas, especialmente cuando las prácticas de la industria cambian y se adaptan con el paso del tiempo. En WeWork, tenemos el compromiso global de ofrecer espacios seguros y saludables para nuestros miembros, empleados y visitantes.
¿Qué es una buena calidad de aire interior?
El aire interior puede estar contaminado o rancio, ya sea por gases o partículas diminutas que emiten diversas fuentes. Un ejemplo es si entra humo exterior. Los seres humanos también somos una fuente de contaminación del aire interior, y los requisitos mínimos para la renovación del aire en edificios están diseñados para eliminar los bioefluentes y los olores molestos de los ocupantes.
Hay cuatro formas importantes de controlar esos contaminantes y lograr una buena calidad del aire interior. WeWork emplea esas medidas para garantizar la buena calidad del aire en nuestros edificios.
- Dos estrategias se relacionan con el sistema de climatización (calefacción, ventilación y aire acondicionado), que se encarga de reemplazar y limpiar el aire usado a través de la ventilación y la filtración
- La tercera estrategia, el control de la fuente, tiene por objeto prevenir el uso de materiales o actividades contaminantes en primer lugar
- Por último, las prácticas para mantener los espacios limpios, secos e higiénicos son importantes a fin de evitar el moho y la acumulación de alérgenos y sustancias tóxicas en las superficies
El papel de los sensores de bajo costo
Los edificios bien administrados utilizan esas cuatro estrategias para mantener una buena calidad del aire como parte de una práctica estándar. La industria de bienes raíces comerciales está mejorando la forma en que administra los edificios para dar cabida a un mayor nivel de preocupación, no solo por la COVID-19, sino también por los incendios forestales y la contaminación del aire exterior.
Hasta hace poco, las únicas herramientas disponibles para comprobar el resultado previsto (la buena calidad del aire interior) eran engorrosas. Medir los niveles de gases o partículas del aire requería recolectar muestras durante muchas horas o días, y luego esperar hasta que se las analizara en un laboratorio. O bien, se necesitaba un especialista capacitado para transportar instrumentos grandes, costosos y, a menudo, ruidosos, dentro y fuera de un espacio.
Con los nuevos sensores miniaturizados de bajo costo disponibles, es financiera y tecnológicamente posible visualizar la calidad del aire interior a escalas espaciales y temporales sin precedentes. Esa capacidad es muy importante ahora, durante un momento de cambios en la industria de los bienes raíces comerciales. (Ten en cuenta que los sensores de partículas de bajo costo cuentan o pesan todas las partículas del aire, pero no pueden diferenciar directamente los tipos de partículas, como el virus que causa el COVID-19). Los datos que proporcionan esos sensores ayudan a garantizar que las nuevas prácticas sean eficaces y tengan efectos positivos en la salud, teniendo en cuenta la mezcla única de condiciones en un entorno particular.
En WeWork, hemos estado probando el uso de la innovadora tecnología de sensores desde 2017. Ahora contamos con recopilación continua de datos de calidad del aire en interiores desde miles de dispositivos. Estamos usando los datos agregados para comprender mejor los factores que influyen en la calidad del aire de nuestros edificios. Nuestros primeros esfuerzos respaldan el desarrollo de protocolos y políticas para la recopilación, la generación de informes y el uso de esta nueva clase de datos.
Aspectos que se deben tener en cuenta al usar sensores
Los datos de sensores, por sí solos, no sirven. Los propietarios y operadores de edificios no mejoran los espacios por el simple hecho de tener redes de sensores. Optimizan el bienestar y la productividad si implementan acciones en función de los datos correctos y de la manera adecuada. Para ello, necesitan lo siguiente:
- Datos sobre el entorno, a menudo denominados "metadatos": información sobre el edificio, población expuesta y calidad de medición
- Discernimiento: la capacidad de interpretar lo que los datos nos dicen sobre que tan bueno es un espacio. La interpretación de los sensores requiere nuevos conocimientos científicos, ya que los datos están más distribuidos y son más omnipresentes pero menos confiables cuando se considera un único punto de medición que las mediciones "tradicionales" equivalentes.
- Capacidad de actuar: la capacidad de conectar los datos a los controles de los edificios o a los procesos de toma de decisiones
El problema no es que los operadores de edificios carezcan de conocimientos y orientación. Es que tienen demasiados datos. La industria de la construcción ecológica tiene un estándar, RESET Air, que proporciona una base sólida para el uso correcto de los sensores en edificios. El desafío es que ahora existen tantas pautas y modelos para medir y calificar la calidad del aire en interiores, como científicos, sistemas de clasificación de edificios ecológicos y tipos de espacio. Eso ha generado que cada vez más empresas creen sus propios programas y políticas, seleccionando los elementos que mejor se adapten a ellas.
Estamos en la etapa inicial de los sensores de IAQ en los bienes raíces comerciales, y no solo hay dudas sobre su uso adecuado, sino también sobre su valor y riesgo potencial. ¿Cómo pueden los expertos de la industria explicar los elementos de la calidad del aire que importan para el bienestar, pero que no pueden detectarse de manera confiable o económica? ¿Y cómo podemos preparar los cambios que realizamos en nuestra infraestructura hoy en día para el futuro, a medida que la tecnología continúa avanzando a un ritmo acelerado? En WeWork, esperamos trabajar con otros expertos y usuarios pioneros en la adopción de sensores para responder juntos a las preguntas difíciles, de modo que podamos poner en marcha la recopilación de datos sobre la calidad del aire interior y los procedimientos de respuesta para los espacios que benefician a las personas y al planeta.
Seema Bhangar, Ph.D., es gerente de calidad del aire interior de WeWork. Su misión es impulsar el uso de nuevas ciencias y tecnologías a fin de diseñar, construir y operar edificios que sean mejores para la salud, la productividad y el planeta. La Dra. Bhangar se desempeñó anteriormente como gerente de producto para la próxima generación de dispositivos de detección de interiores en Aclima, Inc. Obtuvo una licenciatura en la Universidad de Stanford y una maestría y un doctorado en salud pública e ingeniería ambiental, respectivamente, en la Universidad de California, Berkeley.