Una oficina parisina con un oasis moderno y vistas del horizonte

Momentos de sorpresa y estallidos de color ocultos tras una fachada de Haussmann en esta oficina de WeWork

Desde la acera, WeWork 7 Rue de Madrid se parece a muchos otros elegantes edificios parisinos que bordean los barrios vecinos del elegante distrito octavo. Situado a unos 20 minutos a pie de las orillas del río Sena y de la Plaza de la Concordia, el edifico se encuentra en el corazón de la capital francesa. Si embargo, tras su exterior histórico podemos encontrar un hiper moderno espacio de trabajo que representa el pasado, presente y futuro de esta metrópolis cosmopolita.

«Lo genial es que tienes un ambiente muy clásico parisino desde la calle, pero luego tienes un enfoque de diseño interior muy diferente, que funciona a la perfección, dice Amaya Rutherford, diseñadora de interiores sénior de WeWork y que forma parte del equipo creativo que trabajó en el edificio. Gran parte de ese contraste tiene que ver con el hecho de que WeWork 7 Rue de Madrid es en realidad una combinación de tres edificios.

«La fachada existente es de Haussmann», dice Scott Rominger, director creativo de WeWork, en referencia al icónico estilo del siglo XIX del cual es pionero Georges-Eugène Haussmann y que se ha convertido en sinónimo de la arquitectura parisina. El segundo edificio detrás de la fachada es una versión posterior de un estilo similar, mientras que el tercer edificio a la derecha es una casa moderna con un techo abovedado cubierto de madera, dice. Los edificios están conectados por unas modernas escaleras de cristal.

Para el equipo de diseño de WeWork, el desafío era integrar tres estructuras diferenciadas construidas a lo largo de tres periodos diferentes. Su objetivo: crear un espacio de trabajo que fuera cohesivo estéticamente y, a la vez, respetar la estructura anterior. A fin de aunar todos los elementos, el equipo utilizó una rica variedad de materiales para crear un diseño vernáculo para todo el lugar. 

Madera oscura de nogal, mármol rojo y azulejos de terracota de color crema hechos a mano en todo el espacio crean un suntuoso conjunto de texturas. Mientras que la cálida madera natural y los azulejos encajan perfectamente en una lujosa vivienda parisina, las lámparas de ratán trenzado y las lámparas colgantes de papel Akari añaden detalles inesperados. Rominger señala que también podemos encontrar «blancos súper llamativos y neón», que contrastan con la profundidad y la riqueza de estos materiales.

«La continuidad de la materialidad entre los espacios ayuda a unificarlos», dice Rominger. «Sin bien los edificios son muy diferentes, intentamos mantener una estética unificada».

«Adoptamos un enfoque muy natural en cuanto a los materiales», dice Rutherford. Las cortinas y elementos de iluminación estratégicamente colocados contribuyen a suavizar el aspecto general. «Hay una yuxtaposición de las texturas del ratán, pero también hay acero inoxidable, lo que crea un contraste de sensaciones. Por lo tanto, se hace un guiño a un periodo determinado, pero también hay materiales bastante limpios».

Intentamos crear estos pequeños momentos de intimidad debido a la majestuosidad del espacio.

Scott Rominger, director creativo de WeWork

Uno de los puntos destacados del espacio es el patio interior, que sirve para exponer esculturas contemporáneas en brillantes tonos primarios. Resulta inusual encontrar una extensión de espacio al aire libre en el corazón de la ciudad, motivo en parte por el que Rominger está tan orgulloso de él. Los recién llegados se sorprenden inevitablemente y a menudo están encantados de encontrar este oasis oculto a plena vista. 

Para los miembros que van de camino a una reunión, el patio crea una especie de elipsis visual que ayuda a conectar la recepción del Equipo de Community con las salas de juntas privadas. «Es una experiencia muy agradable. Coges un café y caminas por el jardín. Como el techo no es tan alto como para bloquear el sol, entra una luz agradable. Es casi como el MoMA PS1, porque te encuentras con estos instantes de sorpresa y estallidos de color», dice Rominger.

Ya sea que los miembros pasen por el patio para dirigirse a una reunión o ir a los pisos superiores, se encontrarán con un disfrute para la vista. «La secuencia de la entrada es bastante impactante», dice Rominger. «Empiezas a nivel de calle y luego pasas a la parte subterránea. Ahí es donde están la recepción del Equipo de Community y el barista. Llegas al jardín y luego a la parte de arriba, que es simplemente increíble».

Si bien es inusual que la recepción del Equipo de Community se encuentre bajo tierra, la distribución de este espacio subterráneo es especialmente acogedora. Debido a que tiene un techo de doble altura, no se tiene la sensación de estar en un sótano oscuro y taciturno. El resultado es un espacio amplio y particularmente adecuado para compartir ideas mientras te tomas un espresso recién preparado. 

Desde ahí, los miembros pueden coger el ascensor para ir directamente al piso superior y verán los originales murales que adornan el séptimo piso. Si bien este camino rápido es muy eficiente, Rutherford anima con frecuencia a los visitantes a tomar la ruta panorámica. «Si puedes, ve por la escalera en espiral», dice. «En todos los sentidos, la luz es un aspecto bastante destacado en este edificio. La luz natural es una parte muy importante». 

Otro espacio en el que la modernidad de WeWork 7 Rue de Madrid realmente destaca es el entresuelo del octavo piso, que cuenta con un techo alto abovedado con enormes ventanas. Los miembros disfrutan de vistas espectaculares del horizonte parisino cuando están en sus escritorios. «Todo está orientado hacia fuera. Todo en esta zona se ha quitado, por lo que te encuentras con este espacio tranquilo desde el que puedes contemplar toda la ciudad», dice Rominger.

La luz, junto con una combinación de materiales cuidadosamente seleccionada, ayuda a crear un diseño que realmente destaca. Nada en WeWork 7 Rue de Madrid pretende ser ordinario, desde su excepcional ubicación en una de las grandes capitales culturales europeas hasta sus históricas raíces arquitectónicas. Aun así, el equipo de WeWork ha procurado crear un espacio de trabajo colaborativo que resulta acogedor y no imponente. 

«Intentamos crear estos pequeños momentos de intimidad debido a la majestuosidad del espacio», dice Rominger. Desde el patio hasta la recepción del Equipo de Community, hay numerosos lugares apartados para acoger una sesión de brainstorming o para ponerse al día, todo ello rodeado de arte, luz y la belleza clásica de París.

Diana Hubbell lleva más de una década cubriendo temas de diseño, arte, viajes y cultura para publicaciones como The Washington Post, The Guardian, Eater, Condé Nast Traveler, The Independent, Vice, Travel + Leisure, Architectural Digest, Atlas Obscura y Wired, entre otros.

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