La próxima innovación en el diseño de edificios será contar con fantásticos exteriores

La biofilia trae el exterior al espacio de trabajo y se imagina qué aspecto tendría si el espacio de trabajo no estuviera ahí

En 2017, Interface Carpet se trasladó desde Georgia, el país de los caballos, a un edificio de cemento de cuatro plantas en el centro de Atlanta. El mayor productor mundial de baldosas de moqueta había concebido su nueva sede con la intención de dinamizar a los jóvenes diseñadores, sorprender a los compradores internacionales y proclamar su misión de crecer sin dañar la naturaleza. Para cumplir esos objetivos, el vicepresidente corporativo Chip DeGrace sabía a quién llamar: a su viejo amigo Bill Browning.

Browning, un estratega de diseño y consultor de sostenibilidad, ha estado pensando en la reactivación de edificios desde 1973, cuando publicó un artículo clave que ayudó a definir el sector de la «construcción verde». DeGrace lo conoció en esa época por su trabajo con el Rocky Mountain Institute, una organización de investigación e ingeniería que fue pionera en los coches de hidrógeno y otras soluciones innovadoras.

En las décadas posteriores, Browning ha asesorado a los arquitectos y propietarios que crearon la Bank of America Tower en Nueva York, la sede de la costa este de Google y otros lugares de interés mundial. Su firma de consultoría, Terrapin Bright Green, que es miembro de WeWork 25 Broadway en Lower Manhattan, asesora a los propietarios de bienes inmobiliarios para implementar una idea general que Browning, DeGrace y otros cientos de especialistas en propiedades llaman biofilia.

Para explicar este movimiento, Browning plantea esta pregunta fundamental: «¿Podemos construir y hacer funcionar un edificio que ofrezca el mismo ecosistema que existía antes de su construcción?»  

El diseño biofílico se guía principalmente por la naturaleza. Las luces imitan el arco del sol, oscilando entre más brillantes y tenues a lo largo del día. Las obras de arte y los pasillos centrales recuerdan a bosques o valles, como mínimo, utilizan los materiales y colores de esos ecosistemas.  Los sonidos reproducen aquellos que calman u orientan a las personas en un parque o en un sendero.

Los clientes llaman a Terrapin para implementar una estrategia que permita reducir los días de baja por enfermedad, mejore la eficiencia en un espacio limitado o dé vida a una nueva sede. «Browning no está aquí para decirnos qué deberíamos hacer», explica DeGrace. «Sino para indicarnos cómo lo haría la naturaleza».

Interface se trasladó a su nuevo espacio en agosto de 2018. Una impresión digital envuelve el exterior del edificio para que la vista que se puede disfrutar desde West Peachtree Street evoque un bosque de Piedmont de Georgia. Debido a que recibe una potente luz solar en las fachadas norte y este, esos lados del edificio utilizan menos luz artificial. El espacio de trabajo principal cuenta con sofás semicirculares verdes para reuniones. Las muestras de productos y las cartas de colores se encuentran en la planta de arriba, cerca de una terraza. En la parte trasera, los trabajadores pueden acudir a las salas de yoga, sin ventanas ni iluminación, para resetearse o hacer estiramientos.

La biofilia honra el hecho de que los trabajadores usan diferentes entornos para lograr diferentes objetivos.  Interface ya no pide a los profesionales que gestionen su flujo de trabajo en un cubículo con luces brillantes. Del mismo modo que no intentas beber de una roca ni atrapar un pez en un campo, no deberías tratar de recargar tu creatividad en un entorno monótono ni generar ideas en uno desordenado.  

Para Browning, la vida sostenible comienza con prestar atención a cómo se relacionan las necesidades humanas con la naturaleza. Su empresa asesora a clientes como Interface y Google en sus proyectos de diseño. La mayoría de sus recomendaciones derivan de tres estrategias principales (que se describen en el manual Terrapin publicado recientemente). Uno lleva la «naturaleza al espacio» incorporando luz natural o grandes ventanas. Otro sugiere «análogos naturales», como el uso de madera regional o bambú en paredes y suelos. Un tercero hace hincapié en la «naturaleza del espacio», en la que los diseñadores establecen un plano de planta para que la gente vea balizas lejanas y encuentre lugares visualmente agradables donde descansar.

Estos patrones se reproducen de manera diferente en las distintas regiones. En Twin Falls (Idaho), por ejemplo, la panadería Clif Bar evoca las montañas cercanas con un exterior de madera irregular y nieve falsa pintada en la parte superior. Los vestíbulos de los hoteles del centro de Manhattan que Terrapin ha ayudado a diseñar, cuentan con madera y piedra del valle del Hudson, y orientan a los huéspedes hacia las grandes ventanas.   

El equipo de Terrapin también investiga cómo se correlaciona la naturaleza con sentimientos de calma, concentración y alerta en hospitales, escuelas, hoteles y oficinas. Browning está a punto de terminar un estudio de diferentes hoteles que muestra cómo los huéspedes pasan más tiempo en vestíbulos con diseño biofílico que en otros con diseño tradicional.  

Ink48, en el extremo oeste del centro de Manhattan, es uno de esos espacios. Está en las inmediaciones de un Holiday Inn Express y un Comfort Inn, ambos con vestíbulos llenos de luz deslumbrante, televisores que compiten en tamaño y bandejas calientes de comida en una mesa auxiliar.  

Pero en comparación, Ink48 parece un parque nacional. Las luces del vestíbulo son tenues. Las sillas de cuero vacuno con curvas profundas nos permiten apoyarnos mientras observamos la amplia avenida. Los huéspedes beben café detrás de un panel de cristal, que los separa del flujo de personas que salen y entran en el hotel. Detrás del mostrador de check-in, la madera natural enmarca una pared de listones azules, amarillos y verde guisante, que recuerdan una línea del horizonte. Esto invita a la gente a quedarse.

Escalera forrada de plantas en WeWork Gas Tower en Los Ángeles, Estados Unidos

La idea de que las señales naturales fomentan el trabajo efectivo se ha extendido a muchas empresas, incluyendo a WeWork. Devin Vermulen, director creativo sénior de WeWork, dice que él y su equipo experimentaron con plantas en espacios de trabajo hace un par de años. Los miembros estaban encantados, recuerda Vermulen, así que las plantas «se volvieron omnipresentes» en más lugares.  

Después, «quisimos empezar a probar la iluminación circadiana», continúa Vermulen, un líder en diseño desde hace mucho tiempo en la empresa.  «Estos sistemas de iluminación utilizan bombillas LED para cambiar la temperatura del color e imitar lo que está sucediendo en el exterior, y esto ayuda a mejorar la cognición».

El próximo gran proyecto de Terrapin es una revisión del centro del aeropuerto internacional de Portland (Estados Unidos). El equipo de ingenieros, arquitectos y arquitectos paisajistas está analizando quién es probable que esté en determinados lugares del aeropuerto en un determinado momento.  

«Es probable que alguien que viaje por negocios ya se haya registrado con su teléfono y no suela llegar estresado a la puerta de embarque», explica Browning. «Sin embargo, una familia con niños acudirá estresada a la zona de juegos infantiles. Por otro lado, alguien que viaja para acudir a un funeral o para ver a una persona enferma nunca está libre de estrés». Por todo esto, Terrapin recomienda una mezcla de vistas, materiales, iluminación y caminos que limiten el estrés de cada tipo de pasajero.

En el futuro, Browning quiere ir más allá de la construcción de edificios que reflejen la ecología que los rodea, quiere convertirlos en una parte medible del ecosistema. «Estamos asignando números al equilibrio de carbono de un edificio, a cómo usa el agua», dice Browning.  «Esto es algo muy importante a tener en cuenta».

Pero para clientes actuales como Interface, el objetivo principal es ayudar a los profesionales creativos a concentrarse.

DeGrace afirma que el personal de Interface acudió en masa a las nuevas zonas creadas por Terrapin, aunque algunos empleados necesitaron unos días para aclimatarse a las libertades.

«La gente se siente culpable cuando hace algo que no sea estar sentado en un escritorio», explica. «Pero si estás abierto a ser más efectivo y a disfrutar de más bienestar en lugar de sentarte a tomar más y más café, entonces prueba…. y a ver qué pasa».

Comienza el progreso biofílico

No se necesita ningún máster para aportar coherencia natural a tu lugar de trabajo. Prueba estos tres sencillos pasos:

Coloca una foto de un paisaje en el escritorio o en el fondo de pantalla de tu móvil. Observar entornos naturales provoca sentimientos de calma, lucidez y concentración, incluso si ese ambiente natural es solo una copia.

Lleva una planta a tu lugar de trabajo. Muchos estudios apoyan la relación entre el volumen de flora en una oficina y la calidad del aire. Asimismo, una mayor calidad del aire se correlaciona con una mayor función cognitiva y menos días de enfermedad.

Acércate a la luz. En las horas de más trabajo, es decir, cuando el sol está en el lugar más alto del cielo, trabaja en la parte más luminosa de la oficina, incluso si eso significa llevar tu portátil a la cocina o a una zona común. Realizar las tareas en ciclos y a medida que transcurre el día, puede ayudar a limitar la procrastinación (y con el tiempo, mejora el sueño).

¿Te interesa el espacio de trabajo? Ponte en contacto con nosotros.